Volver

Año 2000 fin del mundo de Keith Luger - Cod:LM-117

El dinero obtenido de las ventas de este libro se destinarán a la Fundación Hospital Parapléjicos, puesto que esta edición es un homenaje y no por ánimo de lucro





No se sabe muy bien de dónde parte el término pulp, que define a un tipo de literatura barata que se dio primero en Estados Unidos y más tarde en el resto del mundo, que hacían referencia a historias de consumo fácil, más o me-nos elaboradas y de una calidad que iba desde poca, la mayoría, hasta obras de mucho mérito.

Pulp, cuyo significado no tiene nada que ver con pulpo, que es octupus en inglés, puede ser el testimonio de la característica del papel malo en el que se imprimían estas novelas, para abaratar costes con el fin de ponerles un precio de venta asequible para todos los bolsillos.

En España, estos libritos valían un duro, cinco pesetas -lo que vendría a ser tres céntimos de euro-, que en el nivel de vida de aquella época -los años 60-, extrapolado al momento actual podría significar unos 5 euros.

Los géneros que abarcaban este tipo de novelas eran, al menos cinco oeste, terror, ciencia ficción, policiaca y romántica.

Los autores de historias pulp tienen varias características a tener en cuenta. La primera, que la práctica totalidad de ellos firmaban sus obras con seudónimo, habitualmente nombres anglosajones, que tampoco era único, un mismo escritor podría utilizar varios.

Los autores eran trabajadores a destajo, que escribían sus opúsculos en un tiempo récord, muchas veces un mismo argumento pintado de diferente forma.

De vez en cuando, les salía una historia magnífica, que descollaba sobre la generalidad de sus escritos.

Un ejemplo lo vamos a poner en novelas del oeste de Keith Luger, autor por el que siente predilección quien les escribe estas líneas.

Una historia de Luger tenía un protagonista alto, de veintiocho años, pistolero, solitario, que conocía a una mujer con la que al final de la novela se besaba y comprometía en matrimonio.

Miguel Oliveros Tobar, que era el nombre real de Keith Luger, escribía en base a ese patrón sin problemas de que el editor le recriminara nada. Pero entre todas sus obras similares, descollaban algunas. Recuerdo un par de títulos de memoria, Asesino Murray y Morir en México.

En el género que nos ocupa, la ciencia ficción, los autores eran a veces exagerados, partidarios de mostrar alienígenas extraños o desme-surados o, si se trataba de la descripción de un futuro, el lucimiento imaginativo de los inventos que se darían entonces.

Precio:€ 15,50

  Cant: